Llevo impresa la luz fría de una mañana de marzo en la alta tierra castellana. He aquí una manera adecuada para un artista de decir que nací en un pueblo soriano, hace ya, ¡ uy, bastantes años !
Sin embargo, es poco lo que permanecí allí y los avatares de la vida me han depositado en Madrid, de donde también soy y ya para siempre.
No tengo formación especial, o mejor dicho, académicamente seguida. Unas temporadas con un pintor madrileño, un paso por la Escuela de dibujo Profesional (¡ unos tíos fantásticos !) y, mucho, mucho más atrás, dos años pasados en la Escuela de Arquitectura del Vallés (que había sido una prolongación de la ETSA de Barcelona). No me hice arquitecto, pero, entre otras cosas, algo aprendí a dibujar, y sobre todo, a observar.
Con el tiempo me he ido dando cuenta de que quería sacar fuera de mí un mundo interior. Un mundo hecho de cuanto he ido acumulando de la cosa del vivir. Y del vivir de otros. También del vivir de muchos que me antecedieron.
Me encanta la historia y, dentro de ella tengo algunas preferencias. La arqueología, como remedio temporal al destino de desaparecer por completo, siempre me ha atraido. Dos épocas favoritas. El por qué, lo ignoro. El observador las detectará al instante.
Doy saltos en el tiempo y también intento aprehender el presente, el mundo que me rodea. Y cada vez más me interesa el ser humano, puro y duro. Camino hacia el retrato sin preguntarme la razón, sólo sigo un impulso que me complace.
Una vez participé en un importante concurso. No gané nada, ¡ naturalmente !, excepto una gran lección de humildad. Espero que no lograran humillarme. Y por eso me atrevo a seguir mostrándome, ya sin esperar premios, excepto quizás, alguna vez, una ovación. El expectador tiene la palabra.
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Hoy domingo, lluvioso, 29 de noviembre, he decidido abrir un campo complementario. FOTOGRAFIA.
Usar un lapicero no significa ceguera ante las posibilidades de la cámara. Son dos caminos que discurren a veces paralelos y que a menudo se complementan. Ahora bien, en mi opinión conviene no hermanarlos demasiado.
Mi propósito, también ahora es muy definido. Creo que claramente se advertirán diferencias significativas respecto a lo que he presentado hasta ahora. No obstante ignorarlo casi todo en este terrero, espero dar de vez en cuando en el clavo.